martes, 21 de mayo de 2013

Clase teórica 21/05/2013

Documento del BID en formato revista (Calameo):
bid-7: burnout (parte 1)
bid-7: burnout (parte 2)

Si me preguntaran que es lo mejor y que es lo peor de lo que hasta el momento he podido apreciar acerca de la profesión de Enfermería, en ambos casos contestaría lo mismo: el continuo contacto con las personas.
Este contacto es el que distingue positivamente a esta profesión debido a varios aspectos: en primer lugar, puesto que cada persona es individual y única, nuestra atención profesional también debe serla, lo cual hace que, según mi modo de ver, la rutina esté menos justificada; en segundo lugar, porque es posible aprender de las personas tanto o más que de los libros; y en tercer lugar, porque este contacto continuo motiva el desarrollo de nuestras competencias emocionales, y eso nos hace más felices.
Pero este continuo contacto con las personas también puede ser motivo de insatisfacción y de desmotivación profesional, causando síndrome de Burnout, entendido como una progresiva pérdida de idealismo, energía y propósitos que experimentan quienes se dedican a las profesiones de ayuda como resultado de las condiciones de su trabajo. 
Lo cierto es que en la profesión de Enfermería se exigen altas dosis de entrega y dedicación a los demás, en un ambiente estresante favorecido en la actualidad por una mayor exigencia a los trabajadores, lo que provoca una situación de saturación emocional que se ve convertida a lo largo del tiempo en Síndrome de Burnout. Éste se ve integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja, causando despersonalización, y también hacia el propio rol profesional, lo que conlleva una falta de sentimientos de autorrealización personal en el trabajo. Además, no solo afecta a quienes lo sufren, sino también a los pacientes que son atendidos por estos profesionales, ya que el Burnout se traduce en una baja calidad asistencial, en un trato deshumanizado, errores y mala praxis.
Aunque nosotros, los estudiantes, tenemos menos posibilidades de sufrir este síndrome durante la realización de nuestras prácticas clínicas, por tener este un carácter temporal considerable, no estamos exentos de sufrir estrés laboral, que cuando se presenta de forma continuada supone la antesala del Burnout. De ahí la necesidad de evitar desde este preciso momento la aparición de un desgaste prematuro.
Afortunadamente, existen claves para la prevención del síndrome de Burnout y para el tratamiento del mismo cuando el problema ya está establecido, basadas en el desarrollo de programas de intervención dirigidas al individuo, al grupo de trabajo y a la organización. 
Considero la lectura del documento preparatorio de este BID como ampliamente satisfactoria, puesto que me ha ayudado a comprender mejor todo lo que ataña al Burnout, y lo más importante, me ha resultado esperanzadora en el sentido en que aporta soluciones a un problema tan extendido en la profesión.




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